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miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mercadolibre ¿Empresa de Tecnología, e-commerce o ambas?



Marcos Galperín, CEO y fundador
de Mercado Libre
¿Más cerca de las finanzas o de la tecnología?

Tal vez esa fue la pregunta que motivó a Marcos Galperín, CEO y fundador de Mercado libre, a trasladar su oficina dos pisos más abajo, desde donde funciona el área Contable hasta el sector de Tecnología que desarrolla la plataforma de comercio electrónico de la compañía. Así, desde hace ya unos siete meses el ejecutivo —que lidera un negocio que factura U$S 137 millones y tiene 34,7 millones de usuarios— comparte la sala y el escritorio junto a los profesionales de IT.

“Yo no tengo background de tecnología, me fui relacionando poco a poco”, admite Galperín, que como tantos emprendedores desarrolló hace diez años su proyecto de Internet —en plena ebullición de la burbuja puntocom— a partir de su tesis de MBA y, como algunos pocos, sobrevivió a los caprichos del mercado y de los usuarios.

La razón del cambio de oficina no es un elemento decorativo. “Me mudé adonde está la gente de tecnología porque me gusta mucho todo lo que es producto, desarrollo y usabilidad —justifica Galperín—. Y considero que tenemos una oportunidad muy grande ahí. Lo que hemos hecho como empresa, al cotizar en el Nasdaq, podemos hacerlo también con el producto, que todavía puede mejorarse muchísimo, pese a que está muy bien. Se puede mejorar la experiencia de comprar, vender y pagar en Mercado Libre. Y me estoy dedicando a eso.”

Su objetivo es mantener la integración entre la tecnología y los negocios de la compañía que en agosto de 2007 hizo su oferta pública de acciones (IPO, en inglés) y cuya facturación creció 61 por ciento en el último año. Mercado Libre —que hoy tiene operaciones en la Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay, Venezuela, Costa Rica, República Dominicana y Panamá— en los últimos tiempos incursionó en un nuevo negocio al lanzar Mercado Pago, una plataforma de pagos por Internet. En una entrevista exclusiva con Information Technology, Galperín realizó un balance de los diez años de Mercado Libre, en los que repasó tanto los aciertos como los errores. También conversó acerca de la compra del sitio de DeRemate, cuyas operaciones terminó de adquirir el año pasado, del impacto de la crisis financiera en la compañía, de su estrategia de adquisiciones y del rol que juega la tecnología en la estrategia de la empresa.

¿Qué cambió en la compañía desde que comenzó a cotizar en el Nasdaq?

No cambió demasiado. Sí hemos tenido que crecer en la estructura del área de Administración y Finanzas para cumplir con los requisitos de la norma Sarbanes Oxley en Estados Unidos y también hemos armado un directorio más amplio, que ahora es de siete personas, con directores independientes. Pero la estrategia, el negocio y la operación se han mantenido igual que antes.

Pero de esa manera consiguieron más recursos para realizar adquisiciones y obtener capital de trabajo…

Si, cuando salimos a la Bolsa levantamos U$S 50 millones. Y desde entonces compramos DeRemate, por el que pagamos U$S 40 millones, y Tu carro, por el cual abonamos U$S 19 millones. Además, la compañía ha generado fondos: hoy tenemos U$S 60 millones en el banco.

En retrospectiva, ¿cómo considera el momento en que la compañía salió a la Bolsa?

En agosto se cumplen dos años de la IPO. Los primeros seis y nueve meses veíamos que habíamos salido muy barato, a U$S 18 la acción. Ese día cerró a U$S 28 y después siguió subiendo hasta U$S 80. No subimos el rango de salida, que para una empresa como la nuestra variaba entre U$S 16 y U$S 18, a pesar de que teníamos 20 veces más órdenes de compra que acciones que estábamos vendiendo. Nuestra acción, dependiendo del día, hoy está en U$S 16 y U$S 14, así que tampoco pareció tan malo estar a U$S 18. Y la crisis ha empeorado muchísimo las cosas… Hoy es muy difícil salir a la Bolsa. Se terminaron las IPO desde hace ya un tiempo.

¿Cuál fue el impacto de la crisis financiera en la cotización de la empresa?

El precio de Mercado Libre cayó mucho; gran parte junto al resto del mercado y de empresas como Google, que bajó más del 50 por ciento el año pasado, o eBay y Yahoo!, que cayeron el 60 por ciento. Además, nos afectó la incertidumbre de América latina, las devaluaciones de las monedas locales y que nuestro precio estaba muy alto. Haber salido a U$S 18 y hoy estar en U$S 15 o U$S 16 por acción está muy bien para lo que es el mercado, que en 2008 cayó 40 por ciento y este año está 20 por ciento más abajo. Facturamos en monedas locales y cotizamos en dólares, por lo cual hay un riesgo cambiario, que sin embargo está un poco mitigado porque nuestros gastos se realizan en monedas locales. De todas formas, no estamos pendientes todo el tiempo del precio de la acción. Fue un hito y es un orgullo, pero hay que mantenerse. Y para hacerlo, hay que enfocarse en el producto y en el beneficio que les damos a los usuarios.

¿En qué medida afectó al negocio la desaceleración de la actividad económica?

El volumen de las transacciones de Mercado Libre representa muy poco en el mercado de retail en América latina, que factura más de

U$S 250.000 millones. Con que el mercado baje un 25 por ciento, que ya sería una caída dramática, somos tan chicos dentro de la economía que no nos afectaría. En cambio, sí nos impactan mucho más el crecimiento los usuarios de Internet, de las conexiones de banda ancha y del comercio electrónico. Todavía hay un periodo de cinco o diez años donde esos factores van a repercutir mucho más en nuestro negocio que las variaciones de la economía. También creo, y lo experimentamos en 2002 en la Argentina y Venezuela, que nuestro modelo es muy resistente a las crisis: por entonces, en ambos países incrementamos la cantidad de vendedores.

¿Cómo los afecta la salida del CFO de la compañía, Nicolás Szekasy?

Es un evento natural dentro de la historia de la empresa. Nicolás ingresó a mediados de 2000, justo luego de haber cerrado la segunda ronda de financiamiento, y se encargó de desarrollar un negocio para Mercado Libre, que por entonces no tenía ingresos. Construyó un equipo muy bueno y también armó la IPO. Él ahora está para buscar otros desafíos. En su puesto lo va a suceder Hernán (Kazah, COO de Mercado Libre), que está en la empresa desde el día cero, y Stello (Tolda, Country Manager de Brasil) asumirá como COO de la compañía. Así se generan posibilidades de promoción interna que motivan a la gente.

¿A quiénes identifica como competencia de Mercado Libre?

La competencia es de distinta índole. Sitios como Masoportunidades en la Argentina y sitios de clasificados. Pero también Google o Facebook; es decir, cualquier comunidad donde las personas puedan comprar y vender algo son competidores. Y también eBay, ya que el acuerdo por el cual no podían tener un sitio en América latina venció en 2006.

¿Piensan seguir adquiriendo empresas este año?

Si hay oportunidades, puede ser. Pero cuando el mercado tiene variaciones muy bruscas las compañías públicas ajustan su valuación inmediatamente, pero las empresas privadas no. Entonces, para nosotros es más atractivo en este momento utilizarla caja que generamos para comprar acciones de Mercado Libre versus comprar un competidor o alguna tecnología que nos interese. Aunque si vemos que esta situación cambia, no descartamos seguir comprando. Sucede que las compañías privadas no quieren vender, aunque sus precios están bajando, y el precio de las compañías públicas ya bajó.

¿Cómo fue la integración de DeRemate?

Fue muy buena. DeRemate ya está totalmente integrada. Ya habíamos comprado sus operaciones, menos las de la Argentina y Chile, en 2005. Hubo muchas sinergias y, en términos de costos, no tuvimos problemas. Como operativamente nos superponíamos muchísimo, nosotros no incorporamos a los empleados de DeRemate, sino que incorporamos la tecnología, el sitio. Entonces, sumamos los ingresos pero no los gastos. Nosotros éramos más eficientes que DeRemate en transformar las visitas en operaciones, seguramente por tener un sitio más amigable; y en convertir las transacciones en ingresos, porque tenemos la forma más eficiente de tarifas, entre otras cuestiones. Así que sumamos esa eficiencia a todo lo que era el tráfico de DeRemate. Cuando adquirimos anteriormente las operaciones de América latina hicimos lo mismo, no tomamos a ningún empleado.

¿Por qué en la Argentina nunca terminó de arrancar el comercio electrónico?

La región claramente se divide en dos: Brasil y el resto de América latina. Brasil tiene un e-commerce más sofisticado y avanzado, tanto desde el comprador como desde el vendedor. Hay sitios locales que no se murieron en el año 2000 y los grandes retailers están más enfocados en comercio electrónico. En el resto de la región está mucho más embrionario. Pero nosotros en la Argentina tenemos una operación muy significativa, más grande incluso que la de México. La Argentina está muy bien y México está acelerando muy rápido en los últimos meses. La región está más atrasada en términos globales por causas culturales y coyunturales. Explotó todo en el 2000 y los sitios eran malísimos. En el mundo, las páginas web de e-commerce mejoraron muchísimo, pero en América latina no han tenido tiempo para hacerlo porque no sobrevivieron. Pero creo que el e-commerce en América latina no está mal. Si uno incluye dentro de eso a Mercado Libre, está bastante bien. A nivel mundial es una empresa a la que le ha ido muy bien, tiene un tamaño importante. Hay 40.000 personas que viven de vender en Mercado Libre. Eso es comercio electrónico.

¿Cómo les está yendo con Mercado Pago?

Lanzamos la primera versión en Brasil, México y Venezuela, y le va muy bien. La nueva está vigente en la Argentina, Chile y Colombia; está en beta, andando bien, pero estamos intentando mejorarla para que tenga más crecimiento.

¿Cuál es su visión acerca del uso del celular como plataforma de e-commerce?

Hace poco lanzamos un portal WAP, experimental, para uso interno. Todavía no vemos mucho tráfico ahí y es dilícil asignarle muchos recursos, porque están los carriers de por medio y, además, aún no hay estándares definidos. Cuando se programa para celulares está todo mucho más confuso y no hay volumen de transacciones. Pero creo que falta cada vez menos para que tenga sentido desarrollar una aplicación. Por otra parte, si se trata del iPhone u otro dispositivo con Internet, el usuario puede navegar y usar Mercado Libre sin problemas.

¿Cómo es la relación de Mercado Libre con eBay?

Son accionistas muy importantes de Mercado Libre, cuentan con el 19 por ciento de la compañía. Tenemos una buena relación y nos juntamos periódicamente. Ya nos conocemos desde hace siete u ocho años. Tomamos prácticas de ellos y viceversa.

¿Son competidores o clientes de Google?

Somos clientes importantes porque compramos AdWords. Y en cierta manera somos socios porque para algunas búsquedas, si no hay inventario, ponemos AdSense en Google y por eso nos pagan. Juntos intentamos hacer crecer Internet y el e-commerce en la región, así que compartimos mucho y también hablamos con los gobiernos para tener un marco regulatorio común. Por suerte, de nuevo Internet está volviendo a ser muy importante para los gobiernos, que se dan cuenta que es una herramienta fundamental para el conocimiento, la productividad y la eficiencia de las economías. Pero no hay un marco regulatorio que delimite responsabilidades de los jugadores. Falta un marco legal.

¿Por qué Mercado Libre sobrevivió a la burbuja y otros emprendimientos no?

Fuimos uno de los pocos que se apoyaron en la tecnología desde el día cero versus armar una marca. Tuvimos nuestra dosis de errores pero en relación con el resto fue muy baja. Y desarrollamos una tecnología muy superior a todo lo que había y hay en la región. Pero no tenemos que comparamos sólo con la región sino con el mundo, y ahí todavía hay una oportunidad grande.

¿También influyó el hecho de tener un foco masivo?

Sí, nuestro modelo de negocio es más amplio, lo cual ayudó. Pero también nos hizo competir con muchos y eso fue muy duro. El modelo funcionó porque el foco estuvo en el producto y en los usuarios, mientras que otros hacían campañas de marketing cuando todavía eran pocos los usuarios de Internet.

¿Y cuáles fueron los errores?

Gastamos en marketing más de lo que lo debiéramos haber hecho. Hemos crecido mucho en tecnología y en producto en los últimos años, pero quizás tendríamos que haberlo hecho antes. Es decir, más tecnología y menos marketing.

¿Qué es Mercado Libre? ¿Es una empresa de tecnología o de e-commerce?

Creo que es lo mismo. Nosotros tenemos una aplicación que funciona en la Web y, por ende, es una compañía puramente tecnológica. Ahora estamos armando una empresa de pagos (Mercado Pago), que es otro desafio, para que las personas que vengan por Internet desde su sitio puedan cobrar a través de esa herramienta. Hoy somos una empresa de tecnología que brinda soluciones de comercio electrónico. -

Hoy reparte su tiempo entre Uruguay, donde vive, y la Argentina y Estados Unidos, donde asentó las operaciones de su negocio. Pero diez años atrás, mientras finalizaba su MBA (maestría en administración de negocios) en la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford, Marcos Galperín elaboró -como parte de su tesis- el plan de negocio de lo que sería la plataforma de comercio electrónico Mercado Libre.

También, por entonces, comenzaban los contactos con los primeros inversores de la empresa: JP Morgan Partners, Flatiron Fund y Hicks, Musejate & Furst. De regreso a la Argentina fundó la compañía junto con Hernán Kazah -actual C00 y futuro CFO de Mercado Libre—.también egresado de Stanford y economista de la Universidad de Buenos Aires. Ambos pusieron en marcha el negocio de Mercado Libre en las cocheras del edificio de oficinas ubicado sobre la avenida General Paz donde hoy funciona la empresa. Licenciado en Ciencias Económicas con especialización en Finanzas por la Escuela de Negocios Wharton (Universidad de Pennsylvania), Galperín fue elegido emprendedor Endeavor en 1999 y obtuvo el premio Konex -como empresario innovador- el año pasado. Antes de tener su propio emprendimiento, trabajó en el departamento de renta fija del banco JP Morgan, en la ciudad de Nueva York, y en la petrolera YPF, en Buenos Aires. Allí dirigió el área de Mercados de Capital y la de Futuros y Opciones.